
Envejecer cantando es un libro de la educadora y poetisa costarricense Julieta Dobles, una de las voces más destacadas de la literatura contemporánea en Costa Rica y en América Latina. A los 81 años esta extraordinaria mujer y poetisa nos presenta la tercera edición de este libro publicado en 2013, el cual se centra en una reflexión profunda y emotiva sobre el paso del tiempo, el envejecimiento y la vida misma.
A través del análisis y de compartir información sobre practicas que favorecen el envejecimiento en relación a la alimentación, la salud mental, el ejercicio, las relaciones familiares, entre otros, Julieta nos comparte su visión en aspectos como:
El canto y la poesía como resistencia: Como sugiere el título, Envejecer cantando simboliza una actitud de aceptación y celebración. Ella ve el canto como un acto de resistencia y de conexión con la vida, incluso frente a los retos del envejecimiento
Cada capítulo lo inicia con uno de sus poemas que nos permite acercarnos a momentos que han marcado su vida, rescatando escenas de su juventud, de sus relaciones personales y de su conexión con la naturaleza.
El tiempo y el envejecimiento: La autora explora cómo el paso de los años transforma tanto el cuerpo como el espíritu, pero sin dejar de lado la vitalidad y la belleza que acompañan a este proceso.
La conexión con la naturaleza: La obra también destaca la relación entre el ser humano y la naturaleza, utilizando imágenes poéticas de plantas, animales y paisajes para hablar de la armonía y el ciclo de la vida.

El libro transmite un mensaje de aceptación del envejecimiento como una etapa inevitable pero enriquecedora, que permite re-conectar con lo esencial de la vida. A través de sus versos nos muestra que cada etapa de la vida tiene su propia belleza y que el acto de "cantar" es una manera de enfrentar el tiempo con dignidad y alegría.
Es un homenaje a la vida misma, en sus múltiples formas y etapas y es una invitación a reflexionar sobre nuestra propia existencia, como se refleja en el siguiente poema:
POEMA DE LOS SETENTA MARZOS
Es marzo, y aún no han cantado los yigüirros,
su amoroso reclamo aun no enmarca
la temprana extinción de las noches
frente al amanecer.
No sabemos por qué
quizá la Tierra está asustada
de tantas amenazas.
Y el verano no sabe, después de tantos daños,
que debe continuar
repitiendo los tímidos rituales de la vida.
Me quedo, los ojos muy abiertos en lo oscuro,
meditando que hace setenta marzos
yo nacía de mi madre
una noche, en la que de seguro
cantaron los chigüiros.
Ahora alcanzo, en la sombra,
una frontera ignota.
Y no se que silencios me acechan y amenazan,
ni en cuales abandonos esperaré la luz
¿Quién dijo que la vejez comienza ahora?
¿O es que la vejez es una forma serena
de repuntar la biografía,
buscando, noche a noche, esas puertas de luz
que se yerguen, sonoras desde la oscuridad?
Fragmento. Del libro Trampas al tiempo.
Gracias a mi amiga Susi, por compartirnos este maravilloso libro, gracias a Julieta por ser y estar presente en esta aventura del Arte de envejecer.
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