Mi sobrino Esteban nos dijo: "Tengo una familia multiespecie". Era la primera vez que escuchaba esa tipificación de la familia, pero me pareció muy pertinente.
Yo nunca había tenido mascotas, la primera la tuve a los 60 años cuando estuve en un tratamiento de salud fue un gato le llamamos Galeano en honor a Eduardo Galeano. Era un ser maravilloso: independiente y afectuoso por 6 años me hizo una gran compañía desafortunadamente se enfermó gravemente y debimos dormirlo.
Dos años después, mis hijos han adoptado otro gato y una perrita. El gato se llama "Gasper" en honor a Gasparín el fantasma amigable y la perrita "Negrita" por su hermoso color negro Azabache, vienen a ratos a mi casa y me hacen una agradable compañía.
Son más de lo que llamábamos mascotas, entre comillas, son parte de la familia por ello me parece excelente que personas jóvenes la reconozcan como parte de un estilo de familia. Me llama la atención la capacidad de percepción que ellos tienen y la estrecha relación afectiva que establecen con nosotr@s, es evidente que saben cuándo alguien de la familia va a llegar a la casa, desde minutos antes se entusiasman y esperan con manifestaciones de alegría. Cuando sentimos alguna dolencia su presencia es sanadora, Galeano en particular cuando se me inflamaba la hernia hietal, se hacía cerca y su calor ayudaba a desinflar.
Me gusta lo de multiespecie porque hace explícito que somos especies diferentes, nunca me ha parecido correcto humanizarles, pero lo de “mascota” suena despectivo, tengo la percepción que en especial los gatos son demasiado independientes para considerar que podemos subordinarlos. Perros, gatos, peces, entre otros pertenen a otras especies y el multiespecie conserva lo que nos une, pertenecer a una misma familia, con lo que nos diferencia,ser de diferentes especies
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